Café con alma -Una propuesta virtual en tiempos de confinamiento.

El otro día hablando con una gran amiga por teléfono, me comentaba que hace justo 3 meses estábamos celebrando el inicio del año 2020. Tanto ella como mucho de nosotros, pensamos que este año iba a ser un año diferente, tranquilo o por lo menos más estable. ¡Ja! ¡Qué, qué! La ciencia ficción se ha convertido en realidad y nos la ha estrellado en nuestras propias narices.

Lo que creíamos que iba a ser un caso aislado en la gran China a finales del año 2019, se ha convertido en una gran crisis global. Crisis que ha cambiado todo en un instante.  Nos ha desnudado completamente para mostrarnos lo vulnerables que somos y nos ha dado una bofetada para despertarnos de nuestra soberbia.

Hoy por hoy, nuestra forma de vida se ha truncado. Estamos en muchas partes del mundo confinados en nuestras casas para evitar que el “bichito” siga haciendo de las suyas. Nuestra cotidianidad y realidad ha cambiado por completo. La forma de relacionarnos y comunicarnos se hace a través de la tecnología. ¡Bendita tecnología! Sin embargo, no dejamos de echar en falta el contacto físico, algo que dábamos por sentado, como otras tantas cosas, y que hoy se han vuelto tan importantes.

Muchísimas propuestas por las redes sociales están floreciendo para que este confinamiento lo podamos llevar de la mejor manera posible. Desde el albergue del alma lanzamos nuestro primer café con alma virtual para acercar a las personas, un espacio para compartir sus inquietudes, al igual para disfrutar de una buena conversación.

Una taza de café y una charla sobre nuestra vulnerabilidad.

Café con alma
Un café con alma

Mi interés por el tema de la vulnerabilidad se hizo patente cuando conocí a la Dra. Brené Brown a través de su charla en TED. Fue tan esclarecedor su investigación que por fin entendí qué era lo que pasaba en cada aspecto de mi vida y, lo mejor de todo, comprendí como usar la vulnerabilidad a mi favor.

Actualmente, la vulnerabilidad es patente en todos los rincones del mundo. Hay mucha incertidumbre,  miedo, preocupación y ansiedad. Es normal. Estamos ante algo desconocido y que no habíamos vivido antes.

Por otra parte, situaciones como ésta tienen la otra cara de la moneda, nos obliga a sacar lo mejor de nosotros, como seres humanos y como humanidad. Nos es de extrañar las millones de muestras de solidaridad y empatía.

Al igual que todas las iniciativas que vemos por las redes sociales desde la apertura de los contenidos de páginas que son de pago habitualmente, hasta las reuniones de familiares, amigos y compañeros de trabajo se hacen patentes.

Desde el albergue del alma hemos lanzado esta iniciativa titulada un café con alma. Este viernes 27 de marzo tuvimos nuestra primera cita en donde hablamos de la vulnerabilidad en tiempos de coronavirus.

Fue una maravillosa experiencia en donde compartimos impresiones de cómo utilizar nuestra vulnerabilidad en beneficio nuestro para ir sorteando de la mejor manera esta cuarentena.

Ser vulnerable te hace valiente.
El poder de ser vulnerable.

Nuestra vulnerabilidad.

La vulnerabilidad es la madre de las emociones. A pesar de tener una mala fama, ésta es una herramienta muy poderosa que nos ayuda a ser valientes, a conectarnos y ser compasivos. Estoy convencido que al reconocer todas nuestras emociones, podemos actuar en vez de reaccionar.

Esto es uno de los tantos beneficios de la vulnerabilidad. Alguien lanzó una pregunta durante nuestro café sobre cómo hacer participe a los niños en esta situación. Mi experiencia y consejo es que debemos integrarlos en nuestras mesas de conversaciones, que hoy seguramente tenemos muchas, y darles la oportunidad a que se expresen, sus miedos, inquietudes y agobios y, a partir de ahí, explicarles de una manera sencilla la realidad a la que nos estamos enfrentando.

Esto es muy importante porque habrá días mejores y otros en los que, quizá, querremos tirar la toalla. Si llegan esos días, no te agobies, es normal, humano y sano. Sentir  miedo, frustración, tristeza, enojo. Está bien. Lo importante es saber gestionarlo, es decir, sentirlos, vivirlos y hacerlos parte de nosotros, que lo son.

Y, sobre todo, que podamos expresar abiertamente en nuestra familia cercana cuando estos días llegan y podamos sentir un apoyo en ellos y no un reproche.

Esto nos dará claridad, perspectiva para poder actuar de una forma consciente y sin dramas. Y lo más importante, nos hace más humanos, más terrenales y humildes.

Gratitud como practica.

Ser agradecido
Ser agradecido

La vulnerabilidad provoca malestar y, más cuando, no sabemos cómo interactuar con ella. Uno de los mejores antídotos para contrarrestar ese malestar es la practica de la gratitud.

La gratitud es un valor poderoso. Practicarla nos invita a reconocer lo verdaderamente agradecidos que estamos por la persona, la belleza, la conexión o simplemente por el momento que disfrutamos.

Darnos cuenta de lo que tenemos, apreciar los pequeños detalles de la vida cotidiana, son los mejores antídotos para combatir el miedo a la escasez, a la incertidumbre y a valorar que los que tenemos hoy es lo que realmente necesitamos, ni más ni menos.

¿Cómo podemos practicar la gratitud?  Hay muchas formas de practicarla tangiblemente como son los diarios personales de gratitud hasta los jarrones de gratitud, un ritual de agradecimiento que se puede practicar en familia.

Hoy quiero invitarte a comenzar una de estas formas de practicar la gratitud para hacerla parte de tu día a día.

30 días de inspiración para crear tu albergue.

Café y 30 días
30 Días de inspiración

Hoy por hoy necesitamos de todos para poder afrontar esta situación extraordinaria como una sola comunidad que habita este planeta, nuestro planeta Tierra.

Nuestra vida ha cambiado desde la aparición de este “bichito”. Estoy convencido que todo irá bien, pero también que no seremos los mismos. Es momento de ser más humanos, de cultivar valores esenciales que serán primordiales para construir nuestra nueva realidad: valentía, coraje, conexión, compasión y creatividad son alguno de ellos.

Otra de las iniciativas que he preparado, además del café con alma, es: 30 días para construir tu albergue, la cual consiste en recibir un correo diario por 30 días con un mensaje de inspiración.

Si quieres unirte y recibir estos correos, solo tienes que inscribirte aquí.

Quiero concluir este texto, compartiendo lo que leí de Francesc Miralles:

“Tal vez lo más útil que podemos hacer a lo largo de este parón planetario es abrir los ojos decidir cómo queremos vivir cuando pase el vendaval. Si cuando regrese la normalidad tenemos el valor de aplicar a nuestro día a día lo que estamos aprendiendo, este enorme cos habrá servido para algo.”

Con cariño y gratitud siempre.

Quique Torres

Fundador EL ALBERGUE DEL ALMA

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