Ponlo por escrito, cuando yo haya perecido:
he aquí todo lo que he querido;
que estas paredes relucieran de belleza
espoleó mi alma rezagada a cumplir con su deber;
que hubiera felicidad aquí
me hizo trabajar sin descanso, año tras año…
Todo pensamiento y todo acto
fueron para que este hogar siguiera intacto.
EDGAR A. GUEST