Para aprender a amarme a mí mismo, he tenido que vivir momentos de soledad y de carencia. Sólo en esas épocas de abandono he podido distinguir claramente entre mis deseos y mis necesidades. Sólo al buscar entre los escombros de lo perdido he descubierto lo que había pasado por alto; sólo después de que la tristeza me aislara del mundo pude convertirme en un hombre de recursos. Pero cuando lo hice, empecé a encaminarme hacia la intimidad que siempre había buscado con otros. Ahora la he encontrado con la persona más impensada: yo mismo.

Me gustas, siempre lo has hecho, un besote Quique
Gracias Adela, te envío mil besos. Mil gracias!
Profunda reflexión
Muchas gracias! Un beso grande!