Intenta algo nuevo y déjate sorprenderte.
Sal, salta, explora, sorprendente, la vida es una aventura en si misma.
Me gustaría comenzar este artículo preguntando
¿Cuándo fue la última vez que has intentado algo nuevo?
Cuando somos pequeños, nos encanta vivir aventuras todo el tiempo, sentir la emoción de experimentar algo nuevo, sentir el subidón de adrenalina en el momento que vamos a dar el paso de algo nuevo.
Recuerdo muchas veces los días de campo que organizaba mi familia, junto con mi hermano y mis primos. Nos íbamos a explorar el bosque. A descubrir nuevos lugares, sorprendiéndonos al capturar bichos y animales nuevos. Ideando como cruzar al otro lado del río o simplemente disfrutar de la naturaleza. Estábamos en busca de aventuras todo el tiempo. Una de las experiencias que recuerdo, fue bajar una cuesta con un patín a toda velocidad.
Los nervios del momento previo al iniciar el descenso me hacían sentir esa energía vital al correr el riesgo de caer y sufrir un moratón. Pero, la sensación de alegría y de orgullo al finalizar la hazaña, no la cambio por nada en el mundo. Tenemos la mala costumbre de pensar y creer que sólo las grandes hazañas son aventuras que valen la pena o que cuentan. No hace falta subir el Everest o tirarse desde la estratosfera para sentir la adrenalina que despierta cada vez que inicias una aventura.
El iniciar un nuevo trabajo, un nuevo proyecto, una relación o bien, padecer una enfermedad o enfrentarte a algo de tu carácter que quieres cambiar pueden conducir a la revelación, porque las verdaderas aventuras son apenas tortuosos senderos que tenemos que recorrer para vislumbrar los secretos que están más allá de nuestro horizonte.
El otro día leí que una aventura no se mide por lo que se hace sino por lo que se siente.
La aventura es cualquier experiencia que te lleva más allá del umbral de la comodidad, es lo que hace que la sangre te corra más deprisa y que el corazón se te acelere con anticipación a medida que te desarrolles más allá de lo que percibías como tus limitaciones humanas. Chérie Carter- Scott
Durante mi vida, he tenido aventuras de toda índole. Unas muy excitantes y otras más duras. Desde cambiar de país en búsqueda de respuestas, hasta la aceptación de una parte de mí mismo. Gracias a ellas, me he forjado como el mago de mi vida, el capitán de mi destino.
NO PIERDAS EL ESPÍRITU DE LA AVENTURA
Es una tristeza saber que a medida que creces, te vuelves responsable y maduro. El mundo nos va imponiendo sus miedos y limitaciones, lo que ocasiona que la mayoría de nosotros tengamos el sentido de la aventura sepultado. Sin embargo, hay que recobrar la ilusión de la aventura y poner atención a los destellos para que podamos recuperar y recordar la emoción del descubrimiento de nuevos mundos.
Hoy, estoy embarcado y comprometido en la aventura de “El Albergue del Alma”. Mi proyecto personal y profesional. No te voy a mentir, está representando un gran desafío, pues mis amigos, los dragones del miedo y la loca de la casa me visitan para intentar limitarme y sentir ese miedo. Aún así, te confieso que está valiendo la pena. Y sabes por qué, porque está siendo una oportunidad para desarrollarme, crecer e inspirar a las personas.
La vida es una aventura en si misma y depende de nuestra actitud si queremos vivir una existencia llena de aventuras o bien permanecer resguardado y seguro. Te invito a que me cuentes cuál es tu siguiente aventura. ¿Qué te da ilusión realizar? ¿Qué es lo que te limita?
Recuerda que no tienes que compararte con aquellos que han realizado grandes hazañas.
Simplemente, puede ser cortejar a un chico o a una chica, aprender algo nuevo, escribir un libro, hablar en público, recorrer las calles de una ciudad o hacer un viaje.
Quiero terminar compartiendo la siguiente frase de Goethe: “Cualquier cosa que puedas hacer o soñar, comiénzala. El atrevimiento contiene en sí mismo genio, poder y magia.”
Con gratitud y amor,
Quique TORRES
Fundador el albergue del alma
Creando consciencia. Viviendo en plenitud.