
RUANDA: DEL ODIO A LA COMPASIÓN Y EL PERDÓN
Hoy quiero compartir una reflexión sobre la compasión y el perdón, inspirado en los hechos que se vivieron hace 25 años en Ruanda.
El domingo 7 de abril se conmemoran 25 años de uno de los mayores genocidios perpetuados en África.
Yo estaba estudiando en la universidad cuando las terribles noticias de Ruanda nos llegaban.
Recuerdo que estaba en clase de Relaciones Internacionales cuando la noticia fue comentada entre todos nosotros.
Lo que más me marcó en ese momento fue ver, sentir y experimentar la impotencia de no poder hacer nada.
Me imaginaba el dolor, sufrimiento y el terror que tantas personas inocentes debían estar padeciendo en esos momentos.
Mis sentimientos durante los 100 días del genocidio.
Uno de mis propósitos de estudiar la carrera de relaciones internacionales era poder entender el comportamiento de los estados, sus reacciones, comportamientos y respuestas como actores del escenario internacional.
Y, también, creía que como estudiante de una de las más prestigiosas universidades de México podríamos modificar el curso de la historia o incidir en algunos acontecimientos. ¡Qué iluso!
Me marcó en el alma el ver cómo pasamos de comentar la noticia, que nos parecía lejana, sin hacer ninguna iniciativa para alzar la voz en contra de dicho acontecimiento.
El genocidio de Ruanda
Un poco de historia para comprender lo que pasó hace 25 años.
El genocidio ruandés fue un intento dirigido, premeditado y cocinado a fuego lento por la mayoría étnica hutu para eliminar a un pueblo entero, el grupo minoritario tutsi.
El derribo del avión en el que viajaban su presidente, Juvénal Habyarimana, junto a su homólogo burundés, Cyprien Ntaryamira, cuando volvían de negociar la paz con la oposición del Frente Patriótico Ruandés (RPF, por sus siglas en inglés), el 6 de abril de 1994, sirvió como excusa para comenzar una campaña de exterminio sin precedentes que se empezó a gestar en la época colonial, momento en que se agudizaron las disputas étnicas entre hutus (principalmente agricultores) y tutsis (ganaderos).
El día después de que comenzara el genocidio, el grupo rebelde tutsi liderado por Kagame, lanzó una ofensiva para derrocar al gobierno ruandés controlado por los hutus que, junto con las milicias aliadas, mataron a más de 800.000 personas, en su mayoría tutsis, y a otros 100.000 hutus moderados en apenas 100 días, lo que arroja un promedio de 8.000 asesinatos al día, la mayoría ejecutados a golpe de machete.
La masacre terminó el 4 de julio de 1994, cuando el RPF se hizo con Kigali, lo que desencadenó el éxodo de cerca de dos millones de hutus al vecino Zaire (actual República Democrática del Congo).
Compasión y Perdón. Un ejemplo de humanidad.
25 años después de ocurridos estos hechos, ver como las cicatrices han ido cerrado para mirar al futuro, me hace creer en la humanidad.
Las cicatrices seguirán doliendo para no olvidar nunca lo ocurrido.
La compasión y el perdón se hacen patente en este país cuando se han cerrado las heridas.
Creo firmemente que al usar estos valores después de situaciones tan difíciles, nos hacen mejores seres humanos y que esta es la dirección a dónde debemos tender a ir como humanidad.
Ruanda es un ejemplo de esto, de compasión, humildad, amor y perdón.
Deberíamos tomar como ejemplo la manera de limar las heridas de nuestras historias.
No podemos permitir que la memoria histórica no sea importante pues es una de las maneras en poder conocer, entender para poder sanar las heridas, perdonando y siendo compasivos.
Tampoco podemos permitir revivir hechos que pasaron más de quinientos años y que están superados.
No debemos permitirlo como humanidad.
La compasión y el perdón son dos valores que debemos practicar todos los días para equilibrar las energías de la humanidad, para poder vivir en sociedades más armónicas y tolerantes.
Mi pequeño homenaje a Ruanda por su enseñanza de compasión y perdón.
Hace unos años publiqué en el blog del albergue del alma, una canción de la cantante Brooke Fraiser sobre Ruanda.
La canción se titula Albertine.
Te invito a que vayas a ese post, escuches la canción y leas su letra. Pincha aquí.
Ese es mi pequeño homenaje a Ruanda y a África en general.
Te invito a que me acompañes en la aventura del albergue del alma para iniciar un viaje de autoconocimiento.
¡Únete a mi boletín de inspiración!
Con cariño y gratitud siempre.
Quique TORRES
Fundador el albergue del alma
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