1602111_10152281648692625_283963288_o

¿Podemos querer a otras personas más de lo que nos queremos a nosotros mismos?

Para mi, la respuesta es no. Y no me lo tomes a mal, pero desde que comprendí está respuesta, mi vida cambió de una manera vertiginosa, mi vida se volvió más positiva y yo me convertí en la mejor versión de mí mismo, dando lo mejor de mí.

A través de mi viaje hacia una vida más auténtica y convertirme en el mago de mi vida, comprendí que mientras no me quisiera lo suficiente no podría estar bien conmigo mismo y tampoco podría amar a las personas que me rodean. Sentía que algo no funcionaba a pesar de que creía que al dar todo a esas personas, mis padres, mis hermanos, mi familia, amigos y pareja, estaba dando más del 100%. La realidad es que yo me menospreciaba, no me cuidaba y menos me amaba.

Postergaba mi plena atención, ya que tenía que darlo todo a mi mundo exterior, para complacer a todos ellos y yo “sentirme realizado”, pero la verdad es que siempre acaba devastado, sin energía y sin fuerza. Lo peor de todo es que no entendía el por qué.

Hay una frase que resonó en mí, retumbó mi alma y a todo mi ser.  Me hizo estremecerme hasta el punto que comencé a llorar. Estaba leyendo el libro “Hijas de la alegría” de Deepak Chopra, y cuando leí:

-El vacío existe porque crees en él. Te has adaptado a no tener poder, pero ése no es el estado en el que se supone que debes vivir. Debes abandonar lo que no funciona y jamás funcionará. Ahora escucha -dijo, y levantó la voz–: “Nací para el dios del amor. No volveré a mendigar nunca más, ni por la cosa más insignificante.”

No volveré a mendigar nunca más, ni por la cosa más insignificante. En ese momento, me di cuenta que no me quería lo suficiente, que tenía que cambiar para poder dar lo mejor de mí, y la manera en que podría hacerlo era comenzado a quererme a mí mismo al 100%, aceptándome tal como soy. Ni más ni menos. No podía mendigar por nada, tenía que darme todo. Además, descubrí, en ese proceso de quererme, que todo lo que necesitaba estaba dentro de mí. ¡Qué maravilla de momento!

Si queremos vivir una vida auténtica y de corazón, ser nuestro héroe, ser el mago de tu vida, tenemos que amarnos y aceptarnos a nosotros mismos. Estos son actos supremos de coraje. Y como dice Brené Brown: “En una sociedad que predica: “Ponte en último lugar”, el amor hacia uno mismo y la autoaceptación resultan casi revolucionarios.

Gracias por leer.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.